Ingredientes:

500 gramos de azúcar
375 cc. de agua
2 cucharadas de miel
cáscara de un limón
4 clavos de olor
1 ramita de canela
250 granos de avellanas o castañas
2 cucharaditas de canela molida
1/4 cucharadita de clavos de olor molida
400 gramos de buena manteca
1 vasito de Ouzo
½ kilo de nueces
150 gramos de almendras sin piel
1 kilo de masa filo.

Preparación:

En una ollita, poner 400 gramos de azúcar, 300 cc. de agua, las dos cucharadas de miel, la cáscara del limón, la ramita de canela y los clavos de olor. Llevar a la ebullición moderada y cocinar lentamente unos 15 minutos. Apartar del fuego eliminar la piel del limón y los clavos y dejar enfriar.

Procese las nueces, las avellanas y las almendras gruesamente y mézclelas en un bol con las especias molidas, los 100 gramos de azúcar remanente y una copita de ouzo, grapa, orujo o ron si quiere americanizar el postre.

En otra cacerolita, funda la manteca a fuego suave y espúmela.

Ya tenemos todo para armar la baclava. Prepare las hojas de pasta filo sobre un paño húmedo y cúbrelas con otro también húmedo. Eso es para que las delgadas hojas de pasta no se sequen y se quiebren. Usando un pincel, enmanteque una fuente para horno de bordes bajos de unos 30×40 centímetros y extienda la primera capa de hojas en el fondo y pincélelas enseguida con la manteca derretida. Repita esta operación varias veces para hacer un soporte consistente de masa (la buena baclava tienen de 40 a 60 capas, según algunas lenguas dicen).

Ahora empiece a espolvorear con la mano la mezcla de nueces, azúcar y especias sobre esta primera capa. Cubra con otras dos capas de masa siempre untando con manteca caliente y espolvoreando con el relleno. Terminar cubriendo con varios estratos de masa filo untadas.

Y ahora, una operación delicada: con un buen cuchillo afilado corte hasta el fondo la superficie del postre formando cuadraditos o rombos. Desparramar el resto de la manteca arriba. Hornee finalmente a 160ºC aproximadamente durante 1 hora o hasta que la superficie esté bien dorada y escamosa.

Tome la primera preparación, el jarabe frío y salpíquelo con una cuchara sobre toda la superficie del postre sacado del horno.

Lo mejor es no servirlo caliente, sino más bien tibio o frío. Y si quiere comer el plato completo, no se olvide de acompañarlo con una buena copita de anís seco.

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