Ingredientes:

4 huevos

125 g de mantequilla

2 cucharadas soperas de azúcar

ralladura de un limón

1 vaso de agua (de los de agua)

Una  pizca de sal

1 litro de aceite

Azúcar flor

Preparación:

En una  olla se pone el agua, la mantequilla, el azúcar, el limón rallado y una pizca de sal.

Todo esto junto se pone a cocer y cuando hierve se echa de una vez la harina y, sin retirar del fuego, se da vueltas con una cuchara de madera hasta que la masa se desprenda de la olla.

Se retira del fuego y se deja que se vaya enfriando.

Cuando la masa esta tibia, se le incorporan los 4 huevos, de uno en uno.(Hasta que cada huevo  quede bien mezclado a la masa no se echa el siguiente).

Se deja reposar la masa durante dos horas.

Se pone el aceite a calentar en una sartén… cuando aún no está muy caliente, se separa del fuego y se echan unos montoncitos de masa cogiéndolos con una cuchara de té y empujándolos hacia el aceite con el dedo para que los buñuelos adquieran una bonita forma.

Se les tiene un rato con la sartén apartada del fuego para que se inflen y suban a la superficie del aceite.

Entonces se vuelve a poner la sartén al fuego hasta que los buñuelos estén doraditos.

Se sacan con una espumadera y se dejan escurrir en un colador grande.

El secreto del éxito de estos buñuelos está en la manera de freírlos, para que se hinchen bien y no quede la masa cruda en el centro.

Se pueden servir así, tibios o fríos, espolvoreados con azúcar flor, rellenos de crema, manjar o mermelada.

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